Aprendiendo a vivir sin A y D

Regrese de la muerte,  lugar donde me mandaste sin consultarme; la gente dice que nadie a venido de allí  puede que sea la primera que la vio cara a cara  y platico con ella. Regrese de la muerte, ahora somos amigas y el día en que llegué me dijo que nunca fui su enemiga. Regrese de la muerte  se portó tan bien conmigo que curó los sangrados que dejaste en mi ser me explico como todo sucedio y me creo unas alas de cartón, hasta recuperar las mías. Regrese de la muerte, después de tomarme un frasco de aspirinas  y apuntarme con un revólver en el corazón. Resurgí de las cenizas,  me tocó empezar una nueva vida  sin olvidar todo el suplicio que viví. Ahora entiendo porque le tienes miedo, sabes que irás a pagar todo lo que hiciste en el infierno, pero calma que ya lo estas viviendo y no te preocupes que la muerte tiene cuerpo de mujer. Lo sé porque la muerte soy yo. Nos vemos pronto.

 Nunca fui tu amor,  me diste el papel de tu premio de consolación. Lo peor es que lo acepte.

Calle lo que me consumía, para no hacerle daño a los demás. Me di cuenta que con mi silencio salvaba vidas mientras destruía una… la mía.

Mamá hay un monstruo en mi cama,  no es alucine, es verdad lo siento junto a mí  le pido que se aleje pero no quiere. Quiere darme calma pero no puede, me pidió que no contara nada que era un secreto entre nosotros; mientras su manos recorrían mi cuerpo  y sus palabras de mierdra penetraban mis oídos. Tengo miedo, de que lo vuelva hacer no quiero sentirme sucia otra vez, pensé que tomándome un frasco de pastillas  iba a parra el asco que siento, ya que como curar los malestares del cuerpo creí que curaban los dolores del alma. Me baño con cloro y todos los productos de limpieza para sacar las manchas que dejó impregnadas en mi piel, quiero huir y no puedo. Mi padre lo sabe pero solo me dice: guarda el secreto. Mamita, no sé si podré con todo esto, no quiero que te haga daño a ti ni a mi otra mamá; callere lo que más pueda para salvarlas. ¡Dios ayudame! TENGO MIEDO.