Día 37
Queridas A y D
Hace unos días tuve una enorme plática entre (Mi Mente y Yo)
- ¡Hazlo! - Grita al verme con el estilete en el brazo.
- ¡No!
- Eres tan cobarde que ni eso puedes.
- ¿Por qué quieres que me mate?
- No ves que la vida es una mierda.
- Tengo a mis mamás, mis hermanos, Ann, mis amigos Ca y So.
- ¡Ellos no te quieren! ¡Nadie te quiere!
- Ellos sí. Solo miralos.
- A ver, Ca y So solo están a tu lado por compasión, tus mamás no te reconocen, tus hermanos están en su mundo, Narci no te quiere ver muerta. ¿Ves? No le importas a nadie.
- ¿Pero...?
— Pero nada, hazlo y termina con todo esto de una buena vez. Ayúdale al mundo y desaparece.
- ¿Y si no lo hago?
- Pues seguirás siendo la misma pendeja de siempre. Solo mira a tu alrededor, en el colegio no eres más que la "rara", en tu casa "malcriada" y ante la sociedad "la loca".
- Pero puedo cambiar.
- Aunque lo intentes no lo vas a lograr, jamás vas a poder ser como las demás.
- No quiero matarme.
- ¡Puta madre! ¡Hazlo de una maldita vez!
- ¡No!
- Cortate las venas y deja de sufrir.
- ¡BASTA!
Tiré el estilete al suelo y cubrí mi cara con la almohada para ahogar mis gritos.
- Bien, ¿Qué vas hacer ahora?
- ¿No sé?
- Mira a tu alrededor y dime. ¿Qué te detiene? ¿Qué te falta?
- Mi corazón dejó de latir, mi respiración se fue de paseo, el color de mis mejillas desapareció.
Lo único que me queda es un mar lleno de dolor.
- ¿Y?
- Estoy hecho pedacitos.
- ¿Qué piensas hacer?
- Dímelo tú. Eres mi cerebro.
- Lo soy, pero tampoco lo sé.
Miré al techo, cerré los ojos, cubrí mi cuerpo con la sábana e imagine cómo sería todo
si ya no estuviera aquí.
Decidí dormir. ¡Ay! Narciso vamos al día 37 y siento que es una eternidad.
Te escribo, para que sepas que está pasando después de las felices fiestas, espero que
todo esté mejor para ti.
¡Happy New Year!
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