Día 47
Cantos en la noche,
para calmar mi angustia;
el corazón palpita a mil por hora
sintiendo que el peligro está cerca.
La ansiedad es como una hiena hambrienta,
la depresión como la carcelera de un campo de concentración;
miro al cielo y no me basta
pido calma para mí alma.
Su nombre es temido por los demás pero a mí me da consuelo,
enemiga del hombre, mi amiga entrañable;
mi única solución cuando entro en desesperación.
Esa eres tú querida, muerte.
Karma de la vida por no saber ganar esta batalla
llorar ya no es una solución,
gritar es solo para que la gente tenga como juzgarme,
las armas las he perdido y poco a poco
lo que por años me ha costado construir.
Cada vez quiero huir de este infierno,
tomar una cuerda y escalar las barreras de este laberinto ,
buscar la salida para poder ver qué hay esperanza
después del sufrimiento.
Comiendo gritos, insultos, humillaciones y dolor;
así es como he sobrevivido en este mundo tan caótico,
donde vivimos tu y yo.
Somos ser extraños en este universo,
nos mandaron aquí sin herramienta alguna
quiero volver a casa,
recuperar mi vida y saber que en ella
ya no van a estar ustedes;
espero encontrar la luz sin perder la vida en el intento,
soy una loca más tratando de huir de estas cuatro paredes.
No sé si lo lograre, pero espero no fallar
al saltar la llama de la soledad.
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