Día 73


Querida D:

 Estábamos rumbo a Quito, antes me gustaba mirar el paisaje, pero esta vez solo planeaba como lanzarme y terminar con mi vida. 

  1. Abrir la puerta y lanzarme.

  2. Esperar a que el auto se detenga y lanzarme a un auto en movimiento.

  3. Espera al primer semáforo correr y lanzarme por el abismo.

  4. Tomarme entero el líquido para frenos.

  5. Llegar a la ciudad y escaparme. Dejar que el destino diga cómo será mi final.

Pues las primeras no se pudieron, ya que mi papá me descubrió e hizo que estuviera junto a

él todo el tiempo, jamás le he importado y justo ahora se le da por detener mi plan de muerte.

Bueno a esperar un poco más, llegamos a la casa de mi tía y ví a mi abuelita, corrí a sus brazos

para sentirme segura, quería que me abrazara y me cuidara como cuando era niña. Le conté todo

lo que me pasó y solo me llenó de abrazos, besos y con sus consejos me ayudó a calmarme. 

Mi primo me acompañó para que no estuviera sola, por primera vez mi tía se portaba linda conmigo.

El caso es que llamé a mi hada para contarle lo que sentía y le comenté de mis planes, obviamente ella

no estaba de acuerdo pero sabía que mi dolor era mayor; después de hablar con ella volví con los demás.

Mi tía me vio y me llevó a su habitación para hablar conmigo.

-¿Estás bien?

- Sí, solo cosas personales.

- ¿Qué pasó?

- Una pelea con mi mamá pero nada fuera de lo normal.

- Mira no sé que te habrá dicho tu mamá, pero no esta bien, estas mal.

- Así es ella. Yo solo quiero matarme y terminar con toda esta porquería.

- ¡No! A ver esta bien lo intentas ¿Pero si no funciona? Imagínate quedarte inválida, cuadrapléjica u

otra cosa. Créeme que matarte no es una solución.

Buen punto y sabiendo cómo es Dios conmigo capa de castigo hace que me quede en coma pero

sin morirme. Así que esta decidio no me voy a quitar la vida, a seguir en este puto infierno llamado vida.


Ansiedad y depresión: 1

Yo: 0


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