Día 9
Querida D.
Siempre decías y hacías lo correcto, si me equivocaba me golpeabas para que aprendiera
a corregir mis errores. Al ver el gran daño que causabas jurabas que ya no iba a volver a pasar.
Tantos juramentos sin cumplir, ahora solo me queda seguir siendo yo quien cumpla todos
esos sueños que arruinaste el día en que te conocí.
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