Día 169
Cantame al oído, quiero escuchar por última vez tu voz.
Sé que después de que salgas de aquí ya no te volveré a ver,
cuéntame esa historia de princesas otra vez,
prepárame aquella leche caliente que me calmaba al amanecer.
Mirame fijamente quiero grabarme tu mirada,
habla tanto que mis oídos nunca olviden tu voz,
abrázame fuerte para que mi cuerpo lleve las huellas de tu amor,
aplícate esa colonia de rosas que solo tu piel hace que sea un éxtasis para mi olfato,
ponte el labial rojo y besa mi mejilla quiero llevar tu marca por toda la avenida.
Las lágrimas que ahora ves son de dolor, no quiero que te vayas de mi lado,
pero la vida tiene un lugar mejor para ti en un paraíso donde solo te veré sonreír;
desde ahora te hablaré mirando al cielo.
Cuando el sol aparezca sabré que eres tú abrazándome al atardecer,
al ver la luna comprenderé que me estás calmando después de un día agitado,
el día en que la lluvia toque mi piel sabré que estás limpiando los dolores de mi ser.
Dejaste de ser mariposa para convertirte en una estrella,
la más brillante de todo el cielo;
tu historia será eterna, la gente te recordará como la más grande guerrera que tuvo este mundo.
Mis hijos no te conocerán en persona, pero te imaginarán como la heroína que me vio crecer.
Nos conocimos un mes de mayo
hoy nos despedimos en septiembre,
este día formas parte de las rosas aquellas que solo tú las harás crecer.
No te miento, te voy a extrañar; solo te pido que el día en que vaya donde estás tú
mandes una escalera gigante y me esperes en la puerta
Porque anhelo tanto que llegue el día en que vuelva abrazarte y nunca soltarte.
Por ahora captaré muchos recuerdos para contarte los mejores chismes en el cielo,
con una tacita de café, nuestras galletas favoritas y viendo el sol caer.
He guardado solo para nuestro encuentro un besito más.
Comentarios
Publicar un comentario